Los días 17 y 18 de febrero de 2022, líderes de la Unión Europea y la Unión Africana se reunirán en Bruselas para la sexta cumbre UE-UA, donde discutirán cómo promover la colaboración entre los dos continentes y abordar los desafíos globales. Sin embargo, lo que falta en la agenda es abordar uno de los temas más apremiantes en el continente africano: la cleptocracia desenfrenada que se ha apoderado de muchos países, particularmente en África Central, que ha puesto miles de millones de dólares en los bolsillos de las élites a costa de dejar a millones de ciudadanos en la pobreza y sin acceso a servicios básicos. La UE, donde los cleptócratas a menudo guardan y gastan su dinero, juega un papel importante en la perpetuación de un sistema que permite que las cleptocracias prosperen en África y en otros lugares.
Las cleptocracias, un gobierno o Estado en el que los que están en el poder saquean los recursos del Estado para beneficio propio, son un problema creciente con consecuencias globales. Si bien es imposible calcular con precisión el costo de la cleptocracia, el Foro Económico Mundial estimó que cada año se pierden hasta $2,6 billones de dólares debido a la corrupción, lo que equivale al 5 % del PIB mundial.
África Central es la región con la mayor concentración de regímenes autoritarios y cleptocratas del mundo. Estos países tienen una gran cantidad de recursos, cuyas ganancias deberían haber sacado a millones de personas de la pobreza y mejorado la calidad de vida en toda la región. Sin embargo, un pequeño grupo de élites poderosas (líderes, políticos, empresarios y sus familias) se embolsan enormes sumas de dinero acumulando cantidades absurdas de riqueza a expensas de los ciudadanos a los que deberían servir.
Según la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), Chad recibió más de mil millones de USD tan sólo en 2018 en ingresos gubernamentales de las industrias extractivas, pero ocupa el puesto 187 de 189 en el Índice de Desarrollo Humano 2020. Guinea Ecuatorial vendió 800 millones de euros en petróleo a España y Portugal en 2020, pero autoridades europeas incautaron un yate valorado en 120 millones de dólares y 11 coches de lujo pertenecientes al Vicepresidente (que también es hijo del Presidente) en 2016.
La pandemia de COVID-19 ha brindado una oportunidad para que los regímenes cleptócratas se enriquezcan aún más. En Angola, Camerún y Congo-Brazzaville, las élites aprovecharon la pandemia y la ayuda internacional para llenarse los bolsillos, mientras que los ciudadanos de estos países tuvieron que enfrentarse solos a la enfermedad.
Este robo de dinero y recursos se ve exacerbado por el hecho de que estas élites enfrentan poca o ninguna responsabilidad por sus acciones y continúan haciendo negocios, particularmente con países de la UE, sin mucho escrutinio o consecuencia. Históricamente, los países europeos también son responsables de apoyar regímenes cleptócratas en sus antiguas colonias con fines de estabilidad política y acceso a recursos naturales. Aunque algunos cleptócratas ocasionalmente son acusados de corrupción y sentenciados, la mayoría evade la justicia o sale libre casi sin consecuencias. Incluso Teodoro Nguema Obiang, el Vicepresidente de Guinea Ecuatorial antes mencionado, a quien las autoridades del Reino Unido, Francia y los EE. UU. incautaron cientos de millones de dólares en propiedades, sigue estando en la cima de la élite política de Guinea Ecuatorial. Las autoridades suizas incluso devolvieron su yate valorado en 120 millones de dólares a cambio de 1,5 millones de dólares en honorarios legales y permitiendo que las ganancias de la subasta de sus coches de lujo confiscados se utilizaran para programas sociales en Guinea Ecuatorial.
Si la UE es realmente seria respecto a la colaboración con los países africanos para una prosperidad mutua, debe comenzar por reflexionar sobre las formas en las que contribuye al poder de los cleptócratas y cambiar la forma en que hace negocios en África. La política exterior de la UE debe escuchar a la sociedad civil africana al tomar sus decisiones y debe ser más insistente en la transparencia y la rendición de cuentas cuando se trata de regímenes cleptócratas. A nivel nacional, podrían instituir una versión europea de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros que podría crear más transparencia en torno a los tratos de los cleptócratas en la UE.
Debido a que los cleptócratas roban los recursos de sus países, los ciudadanos luchan por acceder a agua limpia, electricidad, atención médica, educación y otros servicios sociales básicos. Para contrarrestar esta situación, la Coalición Anti-Kleptocracia de África Central creó Apertura de África Central, un sitio web donde los ciudadanos pueden encontrar historias ciudadanas sobre los efectos y costos de la cleptocracia en Angola, Camerún, Chad, Congo-Brazzaville y Guinea Ecuatorial que son fáciles de leer, comprender y compartir, con la esperanza de que esto fortalezca la determinación de exigir un cambio. Esto no es fácil. Alzar la voz es arriesgar la vida en las “Kleptolandias”.
Para coincidir con la cumbre UE-UA, la OCA también publicará breves historias en video sobre los efectos de la cleptocracia en cada uno de estos países con la esperanza de que comiencen conversaciones.
Las cleptocracias no se desmantelarán de la noche a la mañana. Nuestra esperanza es que la acción de políticos en Europa y los ciudadanos en cada uno de estos países pueda conducir a mejoras para millones de personas que viven en África Central.